Cuatro lugares solidarios pero diferentes, 5 puertas para penetrar en un universo único, custodiado por un gigante, 5 paradas obligatorias de una línea férrea repleta de encanto.
El mundo entero se reúne en “Cham”.nPor las calles de esta “ciudad de alta montaña” se oyen todos los idiomas.
Sin embargo, este encuentro en la cumbre está impregnado de una esencia común, la de los adeptos al alpinismo, de sus leyendas, de su ética. Y, al levantar la vista durante las idas y venidas cotidianas por el centro de la ciudad, veremos que “él” está siempre allí. 4810 m de roca, de nieve, de hielo, de sueños para todos.
¿Qué hacer para que los niños experimenten la magia del Mont Blanc?
Llevarlos a los mejores palcos de este espectáculo permanente. Frente a las Aiguilles de Chamonix, Les Houches ha conservado intacto su carácter de pueblo “centinela del Mont Blanc”, dispersando sus aldeas entre bosques profundos y pastos de altura. Acompañados por el canto de los torrentes, los niños descubrirán aquí la alta montaña en armonía.
Todos los aficionados al alpinismo se acordarán de Servoz en las páginas de “El primero de la cuerda”.
Este pueblo empapado de autenticidad, “guardián” del valle, vive serenamente al pie de la magnífica sierra de Fiz, con un ojo puesto en su “hermano mayor”, el Mont Blanc, sobre el cual Servoz ofrece unas vistas majestuosas.
Argentière es un pueblo situado a 8 km al norte de Chamonix, a unos 1.250 metros de altitud. El lugar le encantará tanto por su arquitectura tradicional, su iglesia barroca y su capilla del siglo XIX, así como por su excepcional ubicación, al pie del impresionante glaciar de Argentière y de cimas míticas como la Aiguille Verte.
Si tu sueño es observar gamuzas, ardillas y ciervos, en Vallorcine los verás en su hábitat.Este pueblo cercano a Suiza ha sabido desarrollarse manteniendo una armonía con una naturaleza secreta, rica en fauna y en flora. Aquí, todos los caminos conducen a la naturaleza. Un lugar imprescindible para reponer energía vital.